lunes, noviembre 03, 2008

Meditacion, contemplacion, paz, y los Beatles

LLegamos a Panajchel con una lluvia torrencial que no ayudo a que disfrutaramos la ciudad, que con sus calles rebosantes de turistas vestidos de camisa hawaiana y bermudas, sentados en restorantes con sobreprecios y Mana como musica predominante. Con esto quiero decir lisa y llanamente que me parecio una cagada. El hospedaje salio apenas 20 quetzales, que seria algo asi como 2.3 dolares, que seria vaya uno a saber cuantos pesos argentinos con todo esto de la crisis economica y el peso que baja, y el dolar que sube, pero claro, ya nadie confia en nada, ni en el dolar que sube, porque ya nadie confia en un sistema que entra en crisis cuando nadie confia en el, como una especie de religion que solo funciona si tenes fe, como un dios que depende de la fe de los hombres para existir. Pero no pense todo esto en ese momento, pense que era barato y listo. Solo una noche en Pana, y al dia siguiente cruzamos el Lago Atitlan. Las montañas altas que rodean el lago estaban en todos lados, alrededor nuestro, cercando al antiguo Atitlan y sus aguas milenarias, como guardianes, como murallas protectoras, como paredes, o montañas, que es lo que son en definitiva.
Del otro lado estaba San Pedro. De inmediato me gusto. La calle que ascendia desde el muelle, los cafes frente al lago, la gente que se deslizaba sin apuro de un lado al otro al ritmo de Bob Marley. Nos quedamos en un hotelito con un muelle en el que pase noches mirando las estrellas, o mañanas nadando, o tardes tocando el charango, o a veces intercambiando e intercalando los charangos con las mañanas, o las tardes nadando, pero no las estrellas en ningun momento que no fuera la noche, por razones que el lector seguro comprendera.
Pase cinco dias en ese lugar, con un clima general de paz. Recuerdo una tarde en que me sente a escuchar a los Beatles, a la orilla del lago. En realidad no iba a escuchar a los Beatles, hombre de poca fe, porque pensaba que ya habia escuchado demasiadas veces el Album Blanco y que queria escuchar algo distinto, pero despues de dar tres o cuatro vueltas por los cuatro gigas de musica que hay en mi mp3, decidi intentar con Album Blanco nomas. Y claro, el resultado fue inmediato, con Back in the U.S.S.R. que me trajo una sonrisa como en un avion, pero que en realidad es Paul McCartney silbando. Escribe cien veces en el pizarron: "No volvere a dudar de los Beatles" y rezale a San Paul McCarntey martir.
Otro de esos dias fuimos a San Marcos de la Laguna, otro pueblo enfrente de San Pedro, famoso por ser centro de alguna clase de energia meditatoril que hace que muchas personas acudan al pueblo a ver si meditan un poco mas, o un poco mejor, o un poco aunque sea. Es chiquito, esta compuesto por calles estrechas, muchos arboles, algun que otro bar/restaurante, una escuela, una iglesia, una plaza, una libreria, y muchos, muchos centros de meditacion y de yoga, incluyendo a uno que esta hecho de piramides, o sea, que todos sus edificios tienen forma de piramide, porque se dice que atraen especialmente a la energia, o quizas que ayudan a canalizarla.
Y otro dia, despues de una noche en que dos salseros (uno de ellos con un solo ojo) intentaron por todos los medios levantarse a las dos suecas (lo que incluyo, ya luego de mi partida, una explicacion detallada de todo lo que haria, segun me reportaron las suecas en otro encuentro posterior), decidi que era hora de seguir camino, y en un viaje no demasiado emocionante en combi, fui a Antigua, o sea Antigua Guatemala, que como su nombre indica, es la antigua capital de Guatemala.
Parecida a San Cristobal de las Casas, o Salta, pero claro, no. Mucho mas homogenea que cualquiera de esas dos ciudades, las constantes casas bajas de colores similares (y mas aun a los ojos de un daltonico)dificultan la navegacion, y uno termina perdido como turco en la neblica, con la salvedad que la ciudad es chica, y en definitiva luego de un par de vueltas siempre llegas a algun lugar reconocible, como la plaza central con sus palomas de plaza central, sus vendedoras vestidas de vestido tradicional, hombres de sombrero y pistola en el cinto, un predicador vestido de negro al que nadie escucha (heroico, inutil), colegiales, muchos colegiales vestidos con sus uniformes blancos y azules, y en fin, gente que vive y camina por ahi.
No habia mucho que hacer, pero sin embargo me quede en esa ciudad cerca de una semana, caminando por las calles empedradas o comiendo burritos en un lugar super barato, hasta que a una amiga le toco una tapita de cerceza dentro de su burrito, pero fue bueno mientras duro y no hubo heridos, gracias por preguntar. Dentro del negocio habia un poster gigante que decia "America's most wanted", y tenia las fotos enormes y birllantes de distitnos tipos de marihuana, y el dueño me dijo que era el "otro" menu.
Y un buen dia, me tome una serie de buses a El Salvador, a ver a mi amigo Tony y a encontrarme con la familia de Arturo. Arturo, que no esta mas alla porque quien sabe a donde ande o que habra sido de su energia cuando murio en un accidente de transito dos años atras.

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